domingo, 22 de julio de 2007

Blasfemia

Déjame entrar en tu mente
¡Oh princesa mía!
Descubrir cálidos placeres
Y oscuros amaneceres,

Y es que como sondas eléctricas
Estremeces cada uno de mis latidos
Y el contacto con tu cuerpo
Termina de perturbar mis sentidos;

¡Soledad de Medianoche!
Déjame decir tu nombre,
Dejaste de ser la princesa
De aquel niño que hoy es todo un Hombre

Y es que me has devuelto la vida
!Oh Reina mía!
Oras mi nombre a las luces oscuras
Como yo a tu pecho inmaculado

Y así hasta el final de la noche,
Como ácido rodaban sobre mis mejillas
Húmedas y descontroladas lágrimas
¡Arrepentidos Estan Los Dioses,
De Tanta Blasfemia Dicha!

¡Oh Princesa mía!
Señora de este fuego interno,
Vuelve a mirar mis ojos
Que de grietas rojizas
Brota el podrido Elixir,

Tan cerca de mi,
Y más no pude verte
Favor de apiadarte de este siervo
Que ya la noche se ha vuelto asesina;

De mi pecho tu entorno
Y del pasto este trecho
Tan cerca de mi, Amada mia,
Y más no pude verte;

¡Benditos sean los segundos¡
Si el tiempo da marcha atrás
Para besar tus Labios
Y consumir esta angustia en cenizas.

Pero ya la noche terminó
Y se que te estoy perdiendo,
Porque tan cerca estabas amor
Que no miré dentro de mi mente.

2 comentarios:

Mr. Rodrigo dijo...

Leerte es avanzar en un regocijante pasaje de retroceso a otras vidas. Reconforma, perturba, pero reconforta al mismo tiempo; ¿extraño no?
Te quiero =P

Anónimo dijo...

Interesante como cautivas mi atención, como cada palabra penetra en mis sentidos, ya creo sentir tu aliento en mi oído leyéndome cada frase. Cada ves me sigues sorprendiendo aun más, solo puedo decirte, sigue escribiendo.